jueves, 12 de febrero de 2009

Resumen: La crisis y la cultura en España antes de que llegue 1984, de Manuel Vázquez Montalbán


A pesar de creer que no se debe prescindir de palabra alguna para captar el sentido matizado de la opinión del gran Montalbán, intentaré ceñirme al planteamiento central y enfocar la estructura de la problemática que el texto trata.

Dos elementos articulan la radiografía ideológica que el catalán hace de la crisis internacional de principios de los ochenta, Bury y su Idea del progreso por un lado y la capacidad oracular de George Orwel por otro, para ir abriendo paso hacia la situación cultural general , y cómo ésta influyó sobre la situación concreta de una España arropada por los pañales de la democracia.

En este extenso desarrollo, la tesis principal que se delinea gira sobre estos goznes:

1. Batalla legal y cultural frente a la crisis, consistentes en amedrentar ideas progesistas y permeabilizar la cultura de cierto pesimismo histórico.

2. Surge la entelequia de "Modelo Alternativo de Desarrollo", como propuesta intermedia entre las instancias de poder y las iniciativas progresistas, por parte de un sector cobijado bajo el llamado neo-liberalismo.

3. Planteamiento abstracto del sistema que deja el mercado en manos de cualquier iniciativa y que no facilita la existencia de un diálogo cultural real, y como debiera ser, desinteresado.

4. El dilema Socialismo-Barbarie se complementa con el evidente Capitalismo-Supervivencia y se ejemplifica en la ruina de todo el sistema de valores y en definitiva, en un grado de enfermedad social que no se asume desde ningún sector en concreto, y ante la cual todos adoptan una actitud defensiva y coactiva.

5. Esto provoca una castración cultural a todos los niveles: Desde la escritura especializada, más dedicada a la filología que al pensamiento, hasta los medios de comunicación que conscientemente o no, inculcan una ideología enfocada hacia la NO-IDENTIDAD.

6. La masa pierde así su aprehensión del mundo y su consciencia, perdiendo el rol transformador que le corresponde. Se renuncia a la idea de que en todo fin hay un principio, y se ven las cosas como si todo hubiera acabado ya.

Pese al pesimismo que destila su razonamiento, Manuel Vázquez Montalbán se pregunta:

¿Por qué la llegada de la democracia no desarrolló la creatividad esperada ni derrumbó las murallas que compartimentaban la cultura?

Y su respuesta plantea una revolucionaria propuesta cultural:

Porque no consiste el problema en recuperar las libertades democráticas como instrumentos, sino en detentar los instrumentos que hacen posible esas libertades.
Así articula unas pautas que bien pudieran haber generado ese nuevo principio tras el fin de la dicadura. Dichas pautas habrían de tener dos basales:

1. El individuo y su emancipación.
2. La sociedad y su capacidad de solidaridad.


Que cada cual juzgue si alguna se ha llevado a cabo.


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