jueves, 12 de febrero de 2009

Fósiles en el siglo XVIII

Probablemente tenga la historia algo que ver en el desarrollo y construcción de las sociedades. En el siglo XVIII, se hace evidente una conexión casi inmediata entre un comienzo estabilizador (tratado de Utrecht, 1713) y un final desestabilizante (revolución francesa 1789) en base ya a un criterio económico (fundación del banco de Inglaterra en 1694) y posterior generación de la crisis en Francia provocada por el despilfarro de la corte borbónica y la liga antiborbónica originada en los países de confesión protestante.

Creemos que es revelador a la vez que pintoresco intentar hacernos cargo de una situación global para poder entender mejor el surgimiento y desarrollo de nuevas tendencias en el pensamiento científico en dicha situación.

A finales del siglo XVIII la sociedad todavía no había alcanzado los niveles de desarrollo social que ahora conocemos. La mayoría de la población destinaba la totalidad de su tiempo a cubrir sus necesidades básicas en un duro ambiente laboral y quedaban fuera de su alcance cosas tan habituales hoy día como la sanidad y la educación. Esto hacía que la ciencia fuera patrimonio de una minoría culta y con cierta holgura económica.

En este panorama se empezaron a fraguar las primeras teorías evolutivas. La población en general seguía las directrices religiosas referidas en el Génesis sobre el origen de la vida y la creación de las especies, lo que actualmente se conoce como Creacionismo o Fijismo, el los que todas las especies, animales y vegetales fueron creadas por Dios en un momento único y tal como hoy las conocemos. Pero dentro de la minoría instruida ya existía un importante grupo de científicos para los que estaba suficientemente claro que esto no era así, sino que las especies estaban sujetas a variaciones en el tiempo que las hacía aparecer, desarrollarse, y extinguirse, o transformarse en otras, es decir, evolucionar.

El espíritu ilustrado (encarnado por John Locke y apoyado por la nueva teoría científica de Newton), promueve un paulatino cambio de mentalidad que naturalmente comienza a desarrollar aquella minoría instruida con acceso a las nuevas tendencias, que les permiten replantear y redescubrir el mundo. Poco a poco y en diversos campos se van cuestionando los dogmas, desnutriéndolos de teleología e impregnándolos de pragmatismo (al menos en lo lógico de los razonamientos).

Hay que tener en cuenta que la diferenciación entre fe, filosofía y ciencia, comienza a operarse en este contexto en el que la conciencia económica comienza a primar, ofreciendo resultados: La calculadora, los binoculares, el globo aerostático son inventos surgidos a lo largo del XVII y XVIII, y son artilugios que fácilmente permiten una transición en el horizonte imaginario de la población que opera con ellos. Todos nos acercan a realidades desconocidas (velocidad de cálculo, reducción de las distancias, alejamiento del suelo) y a partir de ellas, permiten suponer y plantear como posibles otras realidades circundantes pero ajenas a los sentidos.

En cuanto a la paleontología como tal, comienza a surgir a finales del siglo XVIII. Los primeros antropólogos empezaron a denominar así a ésta nueva vertiente de estudio llevados por la inquietud de tener un marco en el cual cupiesen sus investigaciones que en la mayoría de los casos eran extraoficiales y logradas en el tiempo de ocio, como un mero pasatiempo intelectual. Primero se dio la antropología física como búsqueda de respuestas a los hallazgos paleontológicos y luego la cultural, para ubicar en su contexto dichos hallazgos, pero siempre con un enfoque histórico que se estudiaba como sociología en las facultades de Historia.

Los hitos fundamentales que permiten su fundación y reconocimiento fueron:

· Konrad von Gesner publica uno de los primeros tratados ilustrados sobre objetos fósiles, "De Rerum fossilium, Lapidum et Gemmarum maxime, figuris et similitudinibus liber"

· Colonna (1616), es uno de los primeros en situar los fósiles dentro de su contexto biológico.

· Nicolaus Steno comienza a vislumbrar con cierta claridad la verdadera naturaleza de los fósiles

· Robert Hooke, en su obra Micrographia, describe por primera vez sus observaciones al microscopio de la microestructura de madera fósil

· Buffon (1707-1788) marca el inicio de una nueva época con la publicación de su "Histoire Naturelle"

· En el año 1796, a punto de iniciarse el siglo XIX, Cuvier (1769-1832) dio a conocer su trabajo "Memoire sur les especes d'Elephants tant vivantes que fossiles" que marca uno de los principales hitos en la Paleontología, ya que se aportan por primera vez pruebas irrefutables a favor de las extinciones

· Su contemporáneo Lamarck (1744-1829) fue el primero en desarrollar una teoría evolucionista; sin embargo ni sus argumentos ni el mismo proceso evolutivo fue admitido por sus coetáneos, y fue uno de sus principales oponente el propio Cuvier, defensor a ultranza de las teorías catastrofistas.

Las herramientas que permitieron la fundación en esta línea de saberes fueron entre otras:

1. Desarrollo de museos y colecciones científicas en los que se contaban petrificaciones.

2. Los avances en nomenclatura con las continuas ediciones del Systema Naturae de Linneo.

3. El desarrollo de teorías evolucionistas en contra de las dominantes creacionistas.


Pueden no parecer significativos estos hechos, pero un ejemplo nos valdrá para marcar la relevancia de una simple clasificación, ya que esta permite identificar lo desconocido como tal.


Alguien, cuyo nombre no ha llegado a nosotros, encuentra un gran fémur que sobresalía de la orilla de un arroyo, en un lugar llamado Woodbury Creek. Tras unas primeras observaciones, llega a la fácil conclusión de que ese hueso no pertenece a ninguna especie viva... al menos en New Jersey, pero no sabe de qué se puede tratar.

Aquel femur fue enviado al al doctor Gaspar Wistar, el anatomista más destacado del país, y que sin embargo. El Doctor Wistar describió el hueso aquel mismo otoño de 1787 en una sesión de la Sociedad Filosófica Americana de Filadelfia. Pero, desgraciadamente, no comprendió la importancia de aquel hueso y se limitó a a formular unos cuantos comentarios cautos e insulsos, indicando que se trataba del hueso de una cosa enorme.

Desperdició así la oportunidad de descubrir los dinosaurios medio siglo antes que ningún otro. En realidad, el hueso despertó tan poco interés que se guardó en un almacén y acabó desapareciendo. Con lo que el primer hueso de dinosaurio que se encontró fue también el primero que se perdió.






BIBLIOGRAFÍA

· Lic. Rubén Cañedo Andalia,1 Lic. Caridad Karell Marí
Apuntes para una historia universal

· Wikipedia: Paleontología
http://es.wikipedia.org/wiki/Paleontología

· Wiseupkids
http://www.wiseupkids.com/inventos.htm

· Thales: Ilustración
http://thales.cica.es/rd/Recursos/rd99/ed99-0314-01/ilustra.htm

· Marcial Cruz, Evolución
http://www.educarm.es/paleontologia/evolucion.htm

· Angel Montero y Carmen Diéguez. El interés por la Paleontología del siglo XVIII. Análisis del catálogo de la colección de Franco Dávila.


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